martes, 17 de enero de 2012

DIARIO DE UN CONCEJAL: ¿Para cuándo un obispo?

Hay que juzgar a un obispo y cuanto antes mejor. Bueno y a un periodista. Me refiero a un periodista pero no les voy a dar el nombre. Todo llegará. Aquí, como todo El Mundo sabe, acaba por llegar todo.

Lo del obispo sin embargo es verdaderamente urgente. Este país, lo que viene siendo España, no puede dejar incompleta la colección de corruptos en estos tiempos revueltos.

Teníamos a un banquero empapelado/inhabilitado para el trinque y los socialistas lo indultaron en su última faena gubernamental. Supongo que por quitarle al Gobierno de Rajoy el gustazo de ayudar a un amigo. Ya tuvimos uno en la mazmorra pero salió y da clases engominadas de ética y moral.

Pero no hay que preocuparse. El muestrario de chacina es amplio. Dos presidentes de gobiernos autónomos, el de los trajes tildado de gilipollas por sus amiguitos del alma que por su gusto le darían dos hostias y el otro con el añadido de haber sido ministro de Aznar que siempre da más rimbombancia al del velódromo.
También está pendiente el caso de la émula de la mujer barbuda camino de cantar por bulerías el blanqueo marbellí, y de que un presidente de club de fútbol, que por arte de birlibirloque -y por ahora- no paga ni la fianza, pase unos añitos en la celda.

No son noticia la insignificante muestra de empresarios gorrones y defraudadores ni los mil pares de concejales y alcaldes (reconoced pueblo y justicia que os habéis cebado con nosotros los ediles) empapelados por colocar mal sobre el terreno unas cuantas casas –cosa menor donde las haya- mientras que caen en las garras de la toga algunos polis pitufos de pueblo cobradores de putas y todavía anda por Zaragoza con cara de reo uno que fue baranda de los picoletos.

Tenemos a la espera de los acontecimientos a un inaugurador de aeropuertos con escultura que, ni regalando billetes de lotería premiados consigue que los aviones se posen en su faraónica obra que iba a ser completada con un pelotazo urbanístico.

Lo bueno es cuando la cosa tiene títulos. Tenemos duques empapelados y ya veremos si no le tiran de las orejas a alguna infanta, un marqués del Opus que dice que sus mil hijos son niños de papá mientras él ha esquilmado hasta a su consuegro y eso que se pasó la vida con los calzoncillos por encima del pijama diciendo que el esposo de la de los bombones en pirámide le había incautado hasta la hijuela. Este, como es mayor, se inventará una demencia senil y se escapará, pero que en sus años mozos también probó trena.

Y un juez. Eso si que me gusta. Van a meterle el código por el escape a un omnipotente que mandaba a la cárcel a secretarios de secretarios de Estado para empapelar a ministros con el fin de ajusticiar a un presidente del Gobierno que tuvo la buena vista de no nombrar ministro a ese juez. Me da igual que la Justicia tome camino torcido para hacer justicia pero ya sabemos que el que a hierro…

Pero, ¿para cuando un obispo? España no puede asistir impávida al general linchamiento de prebostes y que se le escape la oportunidad de meter en chirona a un gordo con bragueta del cuello a los pies con botonadura de manifiesto y preocupante color entre rosa y lila. Si no es por robar incunables – ¿y del Código Calixtino que hay?- es por perseguir monagos, por machismo o por amenazar con el infierno, que es una amenaza más peor y definitiva que las dos hostias que se merece el de los trajes según sus amiguitos del alma.

Yo soy concejal y no jurista. Desconozco por qué cargos pero sé que motivos haylos. O sentamos a un obispo en el banquillo o nos arrepentiremos en el futuro. La historia no perdona.

lunes, 2 de enero de 2012

DIARIO DE UN CONCEJAL: Mis 19 céntimos

Han hecho cuentas y dicen que alimentar al Rey y a todos los que en La Zarzuela se alojan con sus jamones, sus vestidos, sus coches, sus cacerías, sus barcos, sus caballos, sus osos borrachos, sus viajes privados, sus amores y desamores y toda la pompa y el boato que a esto acompaña sale a 19 céntimos de euro por español y año.
Y me parece barato para lo que nos divertimos por tan escasa cantidad. Es irrisorio pagar 19 céntimos y entretenernos con noviazgos, bodas, bautizos, divorcios, chismes, cuernos, carrozas, banquetes, hostiazos con puertas y vidrieras, niños y más niños y demás parientes.
Y si a eso le añadimos las habladurías sobre andanzas nocturnas, créditos árabes, aristócratas europeas, vidas rehechas, hermanas griegas y demás patulea, los 19 céntimos me parecen hasta miserable óbolo por tan amplia variedad de espectáculo.
Creo que si a Ronaldo se le abona lo que cobra por ser guapo y rico, a la Casa Real hay que duplicarle –mejor triplicarle y puestos a ser justos hasta cuadruplicarle- la paga con la condición de que la variada panoplia de eventos que producen no decaiga. El pueblo tiene derecho a divertirse y qué mejor que disponer de parte de sus impuestos para el ocio y el relax.
Es relajante escuchar cosas que sosiegan. Se imaginan al Rey nuestro Señor diciendo algo así como “La justicia no puede ser igual para todos”. Eso si que sería una noticia. Pero aquí es de destacar que diga lo que parece lógico.
Hace tiempo que las tonterías y las obviedades han tomado carta de naturaleza. Sin ir más lejos se pondera como virtud humana que alguien sea “muy amigo de sus amigos”. Coño, ¿de quien hay que ser amigo? ¿De los raíles del Metro?.
Ahora se aplaude fervientemente presumir la inocencia después de aseverar que el sujeto que aún se supone inocente es un chorizo de tomo y lomo.
Bueno, a menos de que se demuestre que el personal ha entrado con la lanza térmica en la caja acorazada de esta o la otra Generalitat, han sido los que estaban al cargo del negociado los que han aflojado la gallina en múltiples hechos de los que el personal hace lenguas. Pero de estos ni se habla. El otro día acachaban a un asesisno haber cobrado indebidamente la pensión de viudedad. Yo creo que eran los funcionarios de Trabajo los que se la habían pagado indebidamente.
Bien, si un padre observa a su hijo robando un libro en una tienda del ramo y decide actuar como mandan los cánones lo suyo es que le diga al chaval que discretamente devuelva el ejemplar a la estantería. Tampoco vamos a pedir que lo lleve de la oreja al cuartelillo.
Pero si el padre saca a la carrera al niño con el libro y los esconde en la cocina del bar de un amigo para intentar que el securata de la librería pierda la pista del ladronzuelo, yo a ese padre no le aplaudiría. Bueno o sí. Reconozco que en mi librería hay más de una y más de dos obras que salieron de la tienda sin pasar por caja.
Uy, he perdido el oremus. Si yo estaba proponiendo un aumento de la asignación a la Casa Real y estoy hablando de robar libros. Tengo que hacer que me miren estos desvaríos. Bueno Feliz 2012, que es el año en que nos van a “guindar” lo poco que nos queda.

DIARIO DE UN CONCEJAL: Els funcionaris

Ja, ja, ja y ja. Hay que risa que me dais els funcionaris. Eso os pasa por votar a Mas. Pues a joderse y a disfrutarlo con salud. Es que si no tenéis salud tendréis que copagar. Haberlo pensado antes. Os creíais la mamá de Tarzán, los intocables, esos que os reíais de los demás porque un día acertasteis con las preguntas de un examen y miráis por encima de las gafas a los que van a molestar a vuestras calentitas oficinas.
Yo como concejal os conozco. Os veo deambular del desayuno al café, del café al mercado, del mercado a las fotocopias particulares y de las fotocopias particulares a la ronda telefónica por los familiares y amigos, eso cuando no toca “Moscoso” o estáis deprimidos. Os conozco tanto que estoy seguro de que ahora vendréis con el cuento de que vosotros no habéis votado a Mas, que han sido otros los culpables del resultado.
Excluyo de todo esto a policías, sanitarios y a algunos de la enseñanza. Pero a los de la burocracia, incluidos con medalla de honor a los de la Justicia y a los de la ventanilla, de esos a ninguno. Y digo a ninguno porque los que trabajan son colaboradores necesarios de mantener junto a ellos a los vagos.
Sin la connivencia entre zánganos y currantes es imposible que se multipliquen los trámites y papeleos. Larra sería ahora un hombre feliz. “Vuelva usted mañana”. Utópica respuesta actual en la administración. Sólo van rápidos para empapelar los del fisco y los de las multas.
Bueno bueno, así que queríais Mas. Pues ya tenéis lo que queríais. Leña al mono que para eso le habéis dado los votos.
Y en el resto del territorio nacional, lo que viene siendo España, dentro de un rato más de lo mismo de lo que da Mas. Y veremos como cuando empiece la fiesta nadie se siente responsable del resultado electoral. Todos dirán en los bares yo no voté a estos.
Queridos ciudadanos viene lo que habéis estado buscando durante cuatro años. Nos habéis estado disparando a los políticos como si fuésemos patitos de la caseta de feria y ahora viene cuando la matan. Os vamos a recetar cantidades industriales de lo que deseáis para nosotros.
¿Qué mal os hacía mi humilde coche oficial que al fin y al cabo me lo habíais puesto vosotros para que llegase antes a conocer los problemas que os afectan?; ¿qué daño os generaba cuatro comidas oficiales donde tratábamos de acercar soluciones al ciudadano?; ¿Era la envidia la que os hacía pedir que no cobrásemos unas miserables dietas por estar en un pleno hasta las tantas de la tarde mientras vosotros tomabais cañas en el bar?; ¿Acaso somos menos que vosotros que pedís trabajo fijo cuando nos obligáis a examinarnos cada cuatro años para que nos sigáis insultando?
Pues ya lo habéis conseguido. Recortes para todo el mundo, impuestos a tutiplén, tasas impensables; multiplicación de la cuantía de las multas, el que no tenga dinero que no estudie, el que se ponga malito que rece que el gobierno es amigo de la Iglesia y la Iglesia lo es de Dios y cuando veáis a los ricos pidiendo en la puerta de los templos os abrazáis solidariamente con ellos. Así haréis una cosa que ellos nunca han hecho con vosotros. Pero eso no lo veréis.
Por mi parte seguiré trabajando en la humilde concejalía donde poco hay que recortar aunque dando ejemplo también he recortado gastos. Sin ir más lejos antes dábamos un vino español multitudinario y al de estas navidades, tristemente, sólo invitaré los concejales. Con lo aburrido que es departir entre nosotros que estamos hartos de vernos.