martes, 15 de noviembre de 2011

DIARIO DE UN CONCEJAL: La campaña y mi escroto

Por fin esto termina. Estoy de la campaña hasta donde ustedes se imaginan, que es hasta un sitio que se encuentra a la mitad de mi estatura.
Uno no se puede negar porque el partido lo manda, pero a mí lo que me pide el cuerpo es rascarme esa parte anteriormente citada porque en esta campaña yo no pido a los ciudadanos que me mantengan mi sillón.
Una campaña es un insufrible coñazo donde los candidatos, y los que no lo somos, tenemos que hacer un sinfín de memeces aún a sabiendas de que no valen para nada.
Y lo peor de todo es que a nuestras payasadas sólo asisten como espectadores otros de nuestro partido que, a buen seguro, estarían mejor tumbados en su sofá y refregándose con suavidad el periné.
Para que se hagan una idea de lo sacrificado que es participar en una campaña electoral voy a hacerles breve referencia a las desagradables prácticas que un día cualquiera hay que acometer. La primera es abandonar nuestros trabajos de representación y servicio a la sociedad que nos votó para dedicarnos en plena jornada laboral a cosas del partido.
Esto no debería estar permitido. Nosotros los políticos lo que tenemos que hacer es estar en nuestro despacho pendientes de los intereses de los que nos votaron y de los nuestros, en lugar de andar proclamando sandez tras sandez a los cuatro vientos en nombre de un partido que sólo nos interesa en la medida en que nos mantiene en las listas. Así que como no voy para diputado ni para senador esta campaña me trae sin cuidado.
Pero además hay que madrugar todos los días, tomar el coche propio y llenarle el depósito con el dinero de uno porque estúpidamente hemos dejado que los de la prensa –que no van a los mítines con su dinero- nos critiquen si vamos en el vehículo oficial. Vamos que a los periodistas les pagan los gastos porque trabajan, como si los políticos en campaña estuviésemos descansando.
Y lo del coche no es lo peor. Llegas a un pueblecito infecto lleno de viejas que huelen a orín y que sin saber quien eres ni a que partido defiendes se empeñan en besarte y llenarte de babas. Tienes que darle la mano a un centenar de paletos que a saber que han tocado antes de saludarte, y luego a besar niños y a coger a uno en brazos para la foto y el cabroncete suele mearte la cazadora de ante, prenda que acerca a los ciudadanos. Porque en traje no se debe hacer campaña.
Y lo de los comistrajos ya es para nota. Hay que engullir platos autóctonos. Unos sopicaldos y otras mezcolanzas aceitosas que te tienen toda la tarde repitiendo picante y a regüeldo limpio u sonoro, eso si no hacen que uno se vaya por la pata abajo y acabe cagando en una era entre poblacho y aldea.
Y en el mitin a mentir. Pero da igual porque el público es de los tuyos. Si entra al local alguno de otro partido se le nota y sabes que lo que pretende es espiar para saber el mensaje. Paparruchadas, ni mensaje ni leches. Se dicen cuatro gilipolleces, se insulta al contrario y a otro pueblo.
Y así llevamos casi un mes. Campaña, precampaña y estoy hasta la tienda de campaña, que es donde se aloja la bolsa escrotal. Y el domingo para remate hay que hacer de interventor electoral para evitar que los demócratas de los demás partidos, esos que han pregonado honestidad en la campaña, te hagan trampas en la votación o en el recuento. Confianza en el pueblo español y en sus políticos. Es lo que hay.

EL DIARIO DE UN CONCEJAL: ¿Y si peta la batería del iPad qué?

Jobs te has muerto y te has llevado muchos secretos a la tumba. De tu desaparición terrena he sacado muchas lecciones. La primera es reforzar la idea de que por muy listo que uno sea la acaba palmando y eso independientemente de la pasta que se haya acumulado.
Pero bueno, cuando uno muere otro hace negocio y el de las pompas fúnebres encargado de hacer desaparecer al señor Jobs habrá recibido mensajes de amigos en su iPAD felicitándolo por el negocio que supondrá enviar al más allá a un tipo tan importante para la vida de todos.
Al menos eso aseveran miles de legos en informática, gentes incapaces de mandar un correo sin poner en copia a todos sus contactos y adjuntando algún enlace erróneo que acaba por llevar a los destinatarios a un pozo de virus informáticos trufados de tetas y bálanos.
A lo que vamos. Te has muerto y no me has dado respuesta a los siguientes puntos:
1. Si la batería del iPAD se estropea ¿Qué hago?. Mando mi aparato (al iPAD me refiero) a un servicio técnico con mi vida dentro? ¿Cambiar la batería supone que vean las turgentes carnes de mis amantes mientras me cobran una pasta por una cosa que debería poder cambiarla yo sólo mientras estoy cagando como siempre se ha hecho con todos los teléfonos?
2. Porqué los juguetes de tres euros que se compran en los chinos tienen una cámara mejor que la que le ponías a los “sifones” como dicen las viejas y a los iPAD. ¿Tu a que chinos le encargabas hacer tus aparatos?
2. Si compro unas canciones en tu tienda, ¿Por qué siguen siendo tuyas?. ¿Por qué sólo pueden estar en uno de tus artefactos?
3. ¿Por qué no quieres que llamemos por teléfono desde el iPAD?. ¿Es que aún tenemos que pagar más para poder hablar teniendo dentro del cacharro una tarjeta de móvil?
4. Oye, si es que puedes desde donde estés descansando, ¿a que miserable vocación tuya se debe que el cable para cargar tus inventos sea más corto que el rabo de una boina?. Es que mientras los estás cargando o te tumbas junto al enchufe o no puedes usarlos.
5. Y hablando de cargadores. ¿Crees Steve que es de buena persona que el cargador del iPHONE no valga para el iPAD? Tanta liviandad en el peso para acabar llevando dos cargadores.
6. Y del puritanismo no hablemos. Me han dicho que a tu empresa no le gusta que se vea Interviú en determinados sitios de acceso desde tus tabletas. A lo mejor no es censura. Es porque no quieres que se constipen las señoras.
7. Y que me dices de cómo se guardan las fotos en tan deslumbrantes máquinas. Lo del carrete ni explicado por Isabel Preysler es posible entenderlo.
8. ¿Tú te paraste alguna vez a pensar que es un insufrible coñazo que todos los días la mitad de las aplicaciones se empeñan en actualizarse?
9. Allí en USA desconozco como va la cosa porque soy un probo concejal encantado de tener todos tus cacharritos con cargo al erario público, que para eso los servidores debemos estar bien informados, pero estoy seguro de que te removerías en tu tumba si supieses que tu iPAD ha servido para que una caterva de tertulianos pluriempleados escupan ignorancia hurgando en las zahúrdas más asquerosas de las warripedias en las que nutren su verborrea.
Y 10. A pesar de todo esto, que bonitos son tus inventos. Y además tienen la ventaja –o no- de que lo que empezó siendo prestigio de niños pijos ha sido adoptado por todos a los que les / nos gustaría serlo. Esto ha sido como el polo de Ralph Lauren que ahora lo llevan también los albañiles. Pero se les sigue notando que lo son. Albañiles, no pijos.

viernes, 7 de octubre de 2011

DIARIO DE UN CONCEJAL: Estrategia para pasar la ITV

Otra vez a vuelta con los nervios por las elecciones generales. Con lo bien que estábamos continuando la gobernabilidad de los ciudadanos en pos del bienestar conjunto –en el que se incluye el nuestro- para tener que andar con las zarandajas de preparar mítines o lo que se les ocurra a los listos del partido. Menos mal que siempre hay mucho voluntario que se quiere hacer notar para medrar y es el que la pringa.
Con lo importante que es hacer otras cosas. Por ejemplo, pasar la ITV. Antes, cuando teníamos a nuestra disposición un pelotón de chóferes en el Ayuntamiento, se lo encargabas a uno de ellos, le invitabas a un café, le firmabas un par de horas extras y todos tan contentos. Ahora, como están mano sobre mano, no quieren oír nada que tenga que ver con coger un volante que no sea el de su coche particular.
Así que hemos tenido un cisco en casa de tamaño considerable a cuenta de la ITV. Y es que para esta cuestión hay dos temas importantes: dónde está aparcado el coche y dónde están las llaves. Como durante tanto tiempo no lo hemos necesitado a todos se nos olvidó en qué calle lo habíamos dejado estacionado. Propuse, con la negativa general de la familia, un plan para encontrarlo. Cuadriculé el plano de nuestro barrio y a cada uno de los miembros de mi hogar y sus allegados más gorrones (es decir, novias, amigos…), les asigné una zona. Estrategia militar pura y dura. El problema es que el coche no fue hallado, y eso que les hice intercambiarse las zonas por si alguno se había despistado.
Al final apareció. Eso sí con la colaboración ciudadana, que en este caso como en muchos otros siempre es interesada. Ante el griterío que se escuchaba en el portal cuando la familia tuvo que salir por segunda vez de expedición y yo me quedé para organizarlo todo, el portero –totalmente preocupado por la convivencia- se acercó serenamente y bajito al oído me dijo: el coche lo tienen ustedes en el garaje. Pasado el medio segundo de sorpresa tuve que decirle que ya lo sabía y que esta trapisonda familiar era totalmente deliberada para que no se instalaran en el confort. El portero se mostró satisfecho por la contestación y sobre todo por el billete de veinte euros que le puse en la mano bajo la promesa de que no dijese nada, que eran temas familiares donde es mejor no entrar. Me costó también dejarle el café de una semana pagado en el bar de enfrente.
Cuando llegaron todos cansados y vociferando no tuve más remedio que ponerme serio en medio del portal y decirles que eran una panda de vagos que vivían de la sopa boba –o como se diga- y que estaban en el mundo porque tenía que haber de todo. Toda esta retahíla, y un poco más, con talante enfadado, llegando casi a la indignación. Tuve que decirles que lo tenían todo hecho y que ninguno, ni ninguna, se acordaba de que el coche estaba en el garaje y que si esto era así, como velarían por el patrimonio familiar. Según lo estaba contando vi la oportunidad y para velar más por nuestro patrimonio les reduje a la mitad durante un semestre las aportaciones económicas semanales, incluso a mi mujer, con lo cual subieron todos a casa encabronados y yo con la tranquilidad de que no iban a hacer nada más que aguantar. Al portero le di otros veinte euros (una miseria para lo que me había ahorrado con la perorata) y aumenté la invitación a copita de “sol y sombra”, que siempre ha hecho mucho bien al gremio de los empleados de fincas. Pasar la ITV ahora será cuestión de estrategia. Es lo que tienen los recortes de presupuesto. Te quedas sin coche oficial y encima tienes que pasarle la ITV al tuyo. Se va acabando el estado del bienestar.

martes, 27 de septiembre de 2011

DIARIO DE UN CONCEJAL: La duquesa se casa de penalti

Primero eran amigos, luego amigos fuertes, luego novios de tapadillo, luego novios mal vistos por la familia de ella, más tarde novios acogidos bajo el manto de las amigas de ella, luego los de su círculo de zampabollos y pelotas abogaron por el amor y la felicidad de la chica, más tarde cuando los familiares fueron conscientes de la cabezonería de los tórtolos torcieron el morro y pusieron trabas a un futuro enlace.

Como concejal observo expectante la sociedad que me rodea. Desde que la ley permite a los ediles celebrar matrimonios he albergado secretamente la idea de casar a alguien importante, alguien de prestancia y renombre internacional, alguien grande de España, alguna pareja de Hollywood, no sé, alguien que prestigie mi humilde figura de servidor público y ponga sobre el papel couché mi nombre para legar a mis descendientes muestras de importancia y notoriedad a mi curricula, en resumen, que genere envidia en los compañeros de la Corporación.

Y pensé, ¿porqué no seré yo el elegido para casar a la duquesa?. Qué rumbo, qué poderío, qué fuste. A mi me gusta decirlo así y dejo para los panolis lo de “glamour”, que es como les gusta a los analfabetos del mundo rosa calificar lo que siempre fue el empaque, el señorío, el imperio, la distinción, el tronío, en resumen, la prestancia, eso que distingue la excelencia o calidad superior a uno entre los de su clase.

Me imaginé dirigiendo palabras ensalzadoras del amor entre humanos mientras miraba con deseo las joyas puestas sobre los escotes de las mismas damas que hace menos de un mes se unían en fastos imperiales al Papa para ensalzar la pobreza, la entrega a los demás y la humildad.

Por cierto, entre el millón de congregados debía haber un habilidoso mangui que, aun sabiendo quien era el dueño, se quedó con el solideo del Santo Padre cuando Dios se echaba la siesta y dejó que Cuatro Vientos se convirtiese en el ojo del huracán. Los jóvenes cantaron aquello de “Benedicto equis, uve, palito, te has quedao sin gorrito”. En fin, tan magno acontecimiento también produce beneficios económicos, las farmacias vendieron muchos más preservativos que de costumbre y en eBay saldrá a subasta el gorrito, perdón solideo, del Santo Padre.

Pero vuelvo a la boda de la duquesa, que me disperso y luego el cielo me castiga. Casar a una duquesa me hacía gran ilusión. Lo que pasa es que la familia de la chica no estaba muy por la labor de que un ganapán sin título, sin cargo, un don nadie, un cazafortunas, diese un braguetazo y dilapidase una fortuna amasada durante siglos haciendo no se sabe qué cosa de utilidad.

¿Quién es este que quiere llevarse a nuestra duquesa?, se preguntaban los familiares y los aristócratas. Me daba igual, yo seguía en mi fantasía de casarlos. Me veía uniendo al rancio abolengo con un hombre de la calle, dando la oportunidad de que alguien humilde entroncase con la alta nobleza, acercando a la más notable de las damas de ringorrango con un probo oficinista… Mis cinco minutos de gloria. Portadas de revista, horas de televisión, repetición de las imágenes hasta la saciedad, fama, presencia, nombre, historia.

Vana ilusión. Si alguna posibilidad me quedaba todo se ha ido al garete. Para romper con la oposición de la familia, la duquesa y su follamigo han dado el paso al obligado matrimonio por la vía de los hechos consumados y la niña se ha dejado preñar en un inimaginable y titánico esfuerzo impensable para un funcionario. Aun recuerdo las palabras de aquel marqués que tras consumar el matrimonio en la noche de bodas –eran otros tiempos- le dijo a su recién estrenada esposa “espero que te hayas quedado preñada porque no voy a estar todas las noches haciendo esfuerzos”.

Claro la noticia ha caído en los círculos intimos como una bomba. Qué pensará ahora la iglesia, la monarquía, la nobleza, la aristocracia. La gente de la calle ya no se escandaliza. Pero la familia de la duquesa ha decidido casarla en casa y que sea de tapadillo para ocultar la vergüenza de la boda de penalti. Los casará alguien casi en la clandestinidad. Mi ilusión se ha desvanecido.

Suerte tiene la afligida familia de la duquesa preñada porque el vergonzante desliz que obliga a la clandestina boda va a coincidir en el tiempo con el matrimonio de Cayetana Fitz-James Stuart con don Alfonso X -antes Díez- y, como la prensa sólo se ocupará de la Duquesa de Alba, una cosa tapa a la otra. Felicidades a los contrayentes.

Una última cosa. Me niego a creer que la cadena de televisión que ustedes saben esté intentando transmitir en directo la noche de bodas de la Duquesa de Alba y Don Alfonso. Por favor respeten a tan distinguida y amable señora.

viernes, 2 de septiembre de 2011

DIARIO DE UN CONCEJAL: Herencia experimental

"Conociendo como conoce la ley Dolores Cospedal su cabreo por la deuda de Castilla-La Mancha solo puede ser una pose, una terrible mentira, una impostura, una golfada política, un odio eterno a los socialistas, un caso de sandez congénita o todo esto a la vez. Una letrada de medio pelo sabe que lloriquear por heredar un pufo es del género imbécil. Basta con recibir la herencia a título de inventario y si las deudas son inferiores a los activos pues bien y si no pues no se hereda y se acabó. Así que Dolores Cospedal, y todos los que braman por la herencia recibida, basta con que no se hagan cargo de la misma y dejen a los de antes que apechuguen y paguen las deudas."

Cuando leí esa nota –con membrete de firma de asesoría cara- en la mesa de despacho del Alcalde me temblaron las piernas. Lo primero que se me vino a la cabeza fue que el regidor municipal se estaba planteando tirar la toalla porque en mi ayuntamiento no hay ni un duro. Adiós a mi nuevo cargo aunque el acta de concejal no la suelto ni a tiros. El consejo sobre lo que debería hacer la señora De Cospedal -que así es como le gusta a ella que la llamen- me llevó a la reflexión. Si hereda es porque sabe que hay pille. Nadie quiere alhajas con dientes ni heredar deudas. Luego…, estaría engañándonos. Pero, como soy político y creo en la entrega a la causa pública, rápidamente cambié de idea y di en creer que es una ignorante que, sin mala intención, está manipulada por Rajoy.

Ese razonamiento era demasiado fácil. Eso no podía ser porque supondría un esfuerzo enorme por parte de Don Mariano, cosa que no puedo atribuirle sin pruebas. Me refiero a atribuirle un esfuerzo, cuanto ni más enorme.

Ignorante tampoco me parece esa señora. Mis elucubraciones se complicaban. ¿Por qué habría heredado una ruina tan grande una política tan preparada?. Estaba claro. Porque cree que en el subsuelo de Castilla - La Mancha hay oro y petróleo o porque quieren hacer allí un campo de experimentos. Lo vi claro, era eso.

Y di en estudiar algo sobre tan amplio y despoblado solar español. Asómbrense conmigo.

Resulta que la ínsula que ha heredado la letrada De Cospedal -antes sólo Cospedal- es de una extensión tal que sus 80.000 kilómetros cuadrados la hacen más extensa que la República Checa, Panamá o Irlanda, en ella caben dos veces Holanda o Bélgica y –ya le gustaría a Pepe Bono- 80.000 vaticanos con 80.000 Papas y toda su corte de curas.
Pero, ¿qué hay en tan tremenda extensión?. Pues solo hay 2.000.000 de personas (en Holanda 16 millones) y pensando que en el Vaticano sin que haya mujeres ni partos viven 1.000, extrapolando, como nos gusta a los políticos, supondría que si Castilla-La Mancha sólo la poblasen curas habría unos 80 millones de sotanas, cifra a la que no se desprecia poder llegar en breve con el nuevo Gobierno.

Y, ¿además de poca gente, que hay en Castilla-La Mancha?. Pues que yo sepa nada como para heredar políticamente y dar saltos de alegría. No hay mar, - ni pesca de altura o de cabotaje por ende, ni puertos, ni astilleros- no hay grandes explotaciones mineras –ya hasta el mercurio es tóxico- no hay pozos petrolíferos, no hay industrias pesadas, ni acerías, no hay fundiciones, ni se fabrican armas ni automóviles. Afortunadamente hay muchos jubilados –estado al que todos queremos llegar cuanto antes y en las mejores condiciones- y muchos funcionarios –estado al que queremos llegar todos antes de ser jubilados- y muchos políticos –estado al que algunos ya hemos llegado para poder mandar en los funcionarios- .

Una persona que tenga la suerte de vivir en tan espacioso y poco productivo lugar tiene más administradores que un marqués. Le mandan los de Europa, los del gobierno central, Cospedal y los de la autonomía, los de las diputaciones provinciales y los de los ayuntamientos. Así da gusto. Por administradores que no quede.

Y representantes… más que de embutidos –con perdón-. Diputados en Madrid 21, senadores 22, en las cortes del lugar 49, otro gran puñado en la Diputaciones, que sigo investigando para que sirven, y en 919 municipios sus alcaldes y concejales y pregoneros, y guindillas municipales, y secretarios de ayuntamiento y animadores sociales, y trabajadores de los jardines y de los polideportivos y eso que en 497 pueblos viven menos de 500 ciudadanos. Esto es prueba de la importancia de los munícipes como yo.

Lo importante es administrar y no producir. Y ahí reside el interés de Cospedal. Hasta ahora no habían caído en la cuenta de que Castilla-La Mancha es un campo de experimentación y dejaron a Bono y Herederos hacer a su antojo.

Pero la investigación social necesita de esfuerzos y sacrificios. Por eso han heredado sabiendo que la finca está en pérdidas. Hay que saber hasta cuanto aguantan los que viven en la jauja manchega aplicándoles lote de palo y racionamiento. Y luego se exporta al resto de España. Poca gente y mucho sitio, lugar idóneo para que se coman los recortes sociales. Al fin y al cabo los funcionarios, los políticos y los jubilados son gentes poco dadas a la revolución.

lunes, 8 de agosto de 2011

DIARIO DE UN CONCEJAL: ¿Y la clase media cuándo?

He recibido una carta de un administrado. Los amantes del orden sabemos que es peligroso dejar fluir libremente ideas reivindicativas. Los indignados -estos que están de moda- son gentes de diverso pelaje social que ven como sus chollos se van evaporando. También las clases medias ven como se aminora el “estado del bienestar”. Pero aquí está el meollo del asunto. Unos se cabrean porque se les acaba el bienestar de su estado y otros echan las muelas porque llevan pagando décadas el estado del bienestar, estado que se evapora sólo para proteger los bolsillos de los ricos. Ejemplo: Los Botín no han dejado claro si han pagado a Hacienda lo que el patriota de su padre ventiló camino de Suiza mientras su amigo Paco daba un golpe de Estado. Ganaron la guerra y ni siquiera repatriaron el dinero. Los de Paco quieren que siga enterrado en un sitio público como el Valle de los Caídos para ahorrarse hasta la sepultura. O lo que es peor para seguir dando por culo después de muerto.
La vida sigue. Los empleados de clase media con sueldos limitados y pagando impuestos porque no pueden evitarlo, y los perroflautas pidiendo más becas para hacer botellón. En fin, que yo he tratado se desbravar la carta recibida -que paso a transcribirles- evitando con puntos suspensivos lo malsonante, que suficiente me he pasado yo en el introito. Tampoco quiero que piensen que soy altavoz de insultos y consejos tan innecesarios como inservibles, sobre todo cuando van dirigidos a gentes que han impuesto sus criterios a hostia limpia.

Ahí va el texto enviado por un padre de familia a este humilde concejal:

Estimado Sr. Concejal:
Soy un ciudadano que a las 7 de la mañana me monto en el transporte público –agradeciendo que exista- e ignoro el porqué de la existencia de jubilados cuya pensión duplica mi sueldo y pagan la mitad por pasearse en autobús. Llevo a mi hijos a un colegio en el que conviven con alumnos de siete nacionalidades y no entiendo como es posible que los niños inmigrantes no quieran ir a colegios concertados que sirven para ganancia de las órdenes religiosas.
Estoy harto de requerir servicios de “sufridos autónomos” que me hacen el “favor” de no cobrarme el IVA para que luego yo les pague –por no declarar el IVA- becas, subvenciones, cursos, pisos subvencionados, ayudas de libros, etc. porque el “sufrido autónomo” no declara ni el papel con el que se limpia el (…).
Al médico mejor no ir. No es que funcionen mal los hospitales. Es que si eres de los que pagan impuestos serás de la borreguil y sumisa clase media que obedece las normas. Los que abusan del sistema, los que entran en tropel en Urgencias, los que amenazan y consiguen son los que no pagan, sean de la etnia que sean y principalmente de la etnia en la que usted, Sr. Concejal, está pensando.
Vamos que yo pago hasta el último céntimo porque soy un mier(…) de asalariado y por arriba me sablean los que mandan y los bancos y por abajo se chotean de mi los que ora dicen ser sufridos proletarios ora te restriegan sus vacaciones en Punta Cana y su coche negro con las lunas tintadas y todo ello entreverado con un viaje a la final de un trofeo de fútbol enfundados en ropas marca pero manteniendo su horterez y mal gusto. Montan en coches caros pero su equipo de música escupe mierda, esa mierda rapera que les gusta y les delata.

Y claro. Volvemos a lo de siempre. ¿Cuándo se va a cabrear / indignar la clase media? . Pues mire Sr. Concejal, según pienso yo, nunca. La gente borrega no estamos para indignarnos. Se cabrean los que tienen mucho que perder, ricos, bancos, políticos, iglesia, y ponen en marcha sus resortes. Y ¿Quiénes son sus resortes? Pues los empleados de los ricos, los empleados de la banca, los funcionarios –dicho en castellano los palanganeros de los políticos- curas y sacristanes, en fin esa gente que vivimos para hacerles el caldo gordo a una escoria a la que hemos dejado que de lo nuestro hagan cosa suya. Derecho de pernada en la Edad Media y ninguneo, choteo y mangancia en el siglo XXI.
Y al otro lado de este lodazal una chusma de vagos que viven del esfuerzo de quienes no tenemos cojo(….) para parar la máquina y que una ensalada mundial de host(…) ponga a cada uno en su sitio.
A los curas pederastas en la esquina de los chaperos, a los banqueros pidiendo limosna, a los trabajadores honestos viviendo de su trabajo, a los políticos picando piedra hasta devolver lo que se han llevado sin merecerlo (y si además han robado brearlos a guantazos hasta que caguen oro) y a los que se pasan la vida lloriqueando como falsos obreros que la vida los consuma en la alcantarilla, para que sepan de verdad lo que es vivir mal.
Y a muchos de los que estos días han pasado de la holganza a la indignación recordarles que a los que nos cobran obligadamente hasta el último euro de impuestos, a los que conducimos con seguro y carné, a los que nos cobran las multas, a los que pagamos las hipotecas, a los que no compramos por encima de nuestras posibilidades, a los que llevamos décadas pagando colegios, enseñanza y sanidad, también se nos podrían inflamar los testículos y acabar de una vez por todas con los chollos de los perroflaúticos de todas las edades. Pero no os preocupéis, somos tan miserables que no vamos a poner en peligro la mierda en la que vivimos y seguiremos chupándose(…) a los de arriba y dejándonos dar por c(…) por los de abajo.
Suyo afectísimo,

Y firmaba un señor que dice que me ha votado. ¡Madre mía!

Yo solo le digo que no se ponga así. Que no es para tanto. Que se calme. Que ahora viene el verano y seguro que además de pagar impuestos disfrutará de un mes en su apartamento de la playa y que el mes de agosto lo alquilará sin declarar lo que le pagan y que si escarba un poco en su conciencia convendrá en que si no tiene más chollos es porque no puede y que cuando no paga el IVA solo piensa en que se ahorra el 18 por ciento y que si piensa en que los políticos roban y él no es porque a él lo han puesto muy lejos de la caja. Bueno o no. Que yo soy concejal y todos ustedes que me leen saben que soy honesto. Un honesto concejal de clase media.

viernes, 24 de junio de 2011

lunes, 20 de junio de 2011

DIARIO DE UN CONCEJAL: Ahorrar en chóferes

Ya está, otros cuatro años más. El pleno de investidura fue magnífico, impecable, sobre todo porque estábamos en los bancos del Gobierno. Me dediqué a mirar a los cacho carne de la oposición (eso sí, con todo el respeto). Lo peor va a ser meter en cintura a los nuevos concejales de mi partido, que vienen con muchas ganas pero no saben de qué. Menos mal que los han dejado a mi cargo, lo mismo que al alcalde, al que tengo que llevar por el buen camino (que es el mío).
Lo importante es que tenemos otros cuatro años y que una de las cuestiones más importantes en la localidad es la modificación del Plan General de Ordenación Urbana, del PGOU. Y hay que tener mucho cuidado. Uno se sonroja cuando lee lo que pasa por ahí. ¡Qué mal lo hacen, da vergüenza! Hala, venga a ponerse a hablar por teléfono como si estuvieran comprando coliflor en la tienda de la esquina. Son unos principiantes, por mucho tiempo que lleven.
Cuatro años, que pueden ser definitivos, por lo tanto me voy a poner a hacer favores a los de siempre como un cosaco. No se puede perder el tiempo. Ya no queda a nadie por enchufar. Eso sí, para dar ejemplo y tener notoriedad voy a despedir a un par de personas que metí en la legislatura anterior que eran más vagos que la chaqueta de un guardia, que ya es decir. Voy a quedar de primera (independientemente de que uno de ellos se ha separado de mi cuñada). Esa es la regeneración. Hay que ir por delante. Antes de que digan nada, hacer. Los años dan experiencia.
Así que con las nuevas funciones que me ha encomendado el alcalde, además de las que tenía antes, esta va a ser una legislatura espectacular. Tengo pensado ya cuando y con quién se inaugurará el nuevo teatro y el nuevo puente (menos mal que no se lo encargamos a Calatrava, que se le han caído ya un par de ellos y tiene algunos problemas judiciales). Lo más cerca que hay que ver una capa o un sayo o prenda similar de color negro, debe ser en la iglesia, nada de tenerla enfrente y sentada en un estrado y con sus puñetas en la manga. Además, los curas, por lo menos, siempre te perdonan aunque tengas que rezar un montón de cosas.
Lo más jodido es lo que se acaban de sacar de la manga, como es el tema de los coches oficiales. ¡Vaya falacia! De acuerdo, no hay más coches oficiales. ¡Y qué hacemos con ellos!, ¿los dejamos en el garaje y que se pudran?, ¿los vendemos a la chatarra? El único ahorro es el de la gasolina, porque el coche está, se ha pagado y si se mete en un parking pierde valor y no sirve para nada.
Y con los chóferes, ¿qué hacemos con los chóferes, que no saben hacer otra cosa? Los ponemos de ordenanzas, imposible porque los sindicatos se van a echar encima, ¿De administrativos? Sólo saben escribir en el ordenador cuando están en casa y en algún lugar de la oficina para mandar emails. Y los sindicatos se echarían encima. Así que con esta moda que estoy leyendo en los periódicos vamos a dejar a un pelotón de gente en todos los Ayuntamientos de España que irán a trabajar y no van a hacer nada porque están contratados para eso y no saben hacer nada más. Si a eso se le llama ahorro que salga el demonio y lo defienda.
Al final, el ahorro es el de la gasolina. Pues con conseguir que cuando llenan el depósito del vehículo ofical no pidan recibo por el doble de litros para pasar por la tarde a llenar gratis el particular ya estaria el ahorro de combustible hecho. Este falso ahorro que proponen me enfada porque estoy dispuesto a pagar la gasolina de mi bolsillo, que eso lo enjugo yo con un par de facturas de comidas que me hace mi primo el del asador. ¿Alguien se imagina a un batallón de chóferes desocupados desde las ocho de la mañana dando palique a todos los trabajadores del Ayuntamiento?. Es lo que faltaba para que unos y otros sigan sin trabajar. Y hablamos de productividad. Estoy un poco serio porque es el comienzo de la legislatura, pero hay que pensar que dentro de poco vienen las fiestas patronales y eso es otra cosa. Ahí sí que hay tema.

martes, 14 de junio de 2011

DIARIO DE UN CONCEJAL: 15M, inventando la pólvora

Los del movimiento del 15M han inventado la pólvora y terminarán asando la manteca. Como cargo público que renovaré mi sillón el domingo que viene tengo que estar de acuerdo con cualquier petición ciudadana.
Y mucho más si la petición es la de repartir la riqueza, tener un piso y si se puede pues varios, rebajar los impuestos y mejor si no se tiene que pagar nada, el amor libre y mejor gratuito, becas en el extranjero para todos y sueldo fijo que es lo que falta porque trabajo, lo que es trabajo, sobra.
Así que por mí total acuerdo con el movimiento del 15M. Claro que esto y la pólvora son cosas que ya están inventadas. Sólo había que haber mirado en los libros o preguntado a los mayores para saber que en Roma y Grecia hubo movimientos que pedían lo mismo, y de entonces hasta aquí todos los que alguna vez han tenido 18 años se han cabreado contra la falta de libertad, la falta de dinero, las imposiciones paternales y de las autoridades y han sido muy reivindicativos hasta que se compraron el primer coche.
Ahora lo que ocurre es que como el coche viene incluido en el pack de hijo la cosa se ha retrasado un poco y el cabreo se produce con 30 tacos.
Siguiendo los consejos de los políticos dialogantes me he puesto a leer todo lo que he podido sobre el 15M en internet y he llegado a una conclusión: sigo sin saber cual es la fórmula eficaz de la felicidad completa aunque yo también me sumo a la protesta para obtenerla. Lo que me parece atisbar es que todo lo que el 15M pide está guardado en los bancos, con lo que es mas útil ir al banco que a la Puerta del Sol. Que no te gusta el bipartidismo, pues vota a otros partidos, que los bancos son malos, saca tu dinero y cierra tus cuentas, que la gasofa está cara pues vetamos a una marca hasta que baje el precio o le revienten las pelotas, todo menos hacer filosofía de mayo del 68 o pensamientos de gomina falangista de la de ni reyes ni banqueros falange con los obreros. Porque la pólvora es cosa antigua y los del 15M deben pensar que la han inventado ahora.
Y lo mejor es que han inventado la pólvora de colores. He oído a un portavoz explicar vehemente que este movimiento con sede en la puta calle se rige por el sistema de asamblea que no termina hasta que no se llega al consenso. Para reventar de risa. Lo bueno del movimiento asambleario estudiantil era que por la mañana se votaba quemarle el coche al de matemáticas y por la tarde darle un homenaje y echarle la culpa de todo al de física. Pero la asamblea duraba justo el tiempo que pasaba entre el desayuno en el bar de la facultad y la hora del vermú. Cada uno decía su gilipollez, se votaba y hasta la asamblea de la tarde que era después de terminada la siesta y antes de las cañas de la noche. Mas tontunas, otra votación y adelante con la revolución.
Pero estos no, estos además de inventar la pólvora asan la manteca. Asamblea hasta el consenso, ja, ja, ja.
Como me gusta la música de las peticiones espero con interés los métodos para las soluciones y si estas salen de las “asambleas hasta el consenso” me comeré mis palabras con todo gusto.
Pero lo que me parece es que unas veces es macro botellón, otras macro concierto, otras macro rave, otras macro manifestación, otras macro kedada, otras macro fiesta, otras macro asamblea, el caso es estar siempre en la calle y si se puede dormir al raso parece que mejor.
De esta lo que va a pasar es que seis espabilados entrarán en las listas de las siguientes Elecciones Generales haciéndose políticos profesionales de esos que pasan de estudiantes al sillón, los grandes partidos dirán que cambian un articulito en la ley para que todo siga igual y los que estuvieron en la Puerta del Sol descargaron su conciencia a favor de una sociedad más justa y democrática. En fin lo que viene siendo asar la manteca. Bueno y yo, como siempre, de acuerdo con todos.

jueves, 19 de mayo de 2011

DIARIO DE UN CONCEJAL: La ciudad completa

Esto de las encuestas nos tiene a todos de los nervios. Mejor dicho, tiene muy nerviosos a los jefes. A mi me da igual porque estoy convencido de que vamos a ganar. Cuando afirmo que vamos a ganar me refiero a que yo voy a salir elegido concejal, que mi vida asegura cuatro años más de entrega al bienestar del contribuyente mientras este contribuye a mi bienestar. Lo que se dice sinergia asimétrica propiamente dicha.

Anticipo los resultados electorales porque soy un sociólogo pedestre y entiendo por donde van las cosas. Es decir, hablo con la gente y la gente lo que quiere es que le solucionen las cosas; lo que antes se llamaba hacer favores.

Me tienen degollado yendo de una zona a otra, por no decir barrios. Que si un mercado, que si una asociación de vecinos, que si los comerciantes de la zona, que si todos tienen problemas y todos quieren escuchar que se los vas a solucionar (aunque luego voten a otro y sólo te tiran de la lengua para luego sacarte los colores).

Esto de la política es muy sacrificado. Un sin vivir. El otro día estuve pensando en si los antiguos rusos no tendrían razón: el secretario general de las Juventudes Comunistas tenía por lo menos 45 años y era calvo. Eso es lo que decían los libros de historia. Donde va a parar. Poderío y saber manejar los tiempos, por lo menos los propios.

Y ahora, qué vamos a decir de ahora. Te viene cualquier chiquiliquatre y te monta un pollo cuando estas hablando delante de una masa de gente de veinte personas que están embelesadas escuchándote porque después hay cervecita gratis.

Es lo que tenemos que tragar los que nos dedicamos a esto en cuerpo y alma, todo un sacrificio. Al final será lo que yo digo: ganamos y otros cuatro años más.

Lo último que se me ha ocurrido es hacer que algunos conciudadanos participen en la campaña. Es que como no doy abasto generando ideas para soltar en los mítines les pido ocurrencias a algunos conocidos y así ellos se sienten importantes y yo más descansado.

La última me la ha dado el dueño de una gasolinera próxima. Dice que la mejor forma de conocer la ciudad es incitar a los lugareños y turistas a recorrerla entera para lo cual propone que la señalicemos completa con calles de un solo sentido. Como el IKEA, que para comprar una vela de 50 céntimos tienes que recorrer tres kilómetros de tienda. Me ha parecido interesante pero todavía no me ha dicho si sólo está pensando en vender más gasolina o si piensa repartir solidariamente los beneficios. Todo se hablará a partir del lunes.

martes, 17 de mayo de 2011

DIARIO DE UN CONCEJAL: Mearse en la procesión

He dudado durante días escribir sobre este asunto en mi diario. Me he decidido porque pienso que lo que a un cargo público le ocurre lo deben conocer sus administrados. El tema, además de escatológico puede molestar a los creyentes, porque los creyentes suelen molestarse por todo. Pero vamos al hecho.
Menos mal que por primera vez hice caso a mi mujer y a otras mujeres que no son la mía y me dediqué a entrenarme para salir de nazareno. Que ya tiene narices ensayar durante meses para hacer lo mismo que todos los años. Cuando uno lo ve desde fuera es muy bonito pero, cuando uno se pasa horas haciendo pasito para adelante, parón, pasito para adelante, cansa. Y, además, para poder ver lo que hay a tu alrededor tienes que estar todo el rato tirando del antifaz para que se te pegue a la cara.
Y menos mal que he hecho caso (en esta ocasión a un amigo mío) y no me bebí cuatro cervezas antes de salir. Pero dio igual. Cuando la vejiga aprieta date por apurado.
La Cofradía ha estado muy renombrada y en boca de todos por un nazareno que la gente pensaba que tenía espasmos. Salió incluso en los periódicos.
Creo que ese era yo. Pero me movía porque me meaba. Me meaba en grande en un tramo donde no había ningún bar ni parque. Así que tuve que empezar a moverme con mi ritmo alrededor del cirio. Eso fue al principio. Luego vinieron los saltitos y luego los botes. Al final fueron botes más altos que los que dan los Masai y terminaron con carreras entre todos los tramos de nazarenos. Eso si, la gente que se agolpaba en las calles y que el resto del año siguen siendo excelentes cristianos porque cumplen con sus obligaciones religiosas, aplaudían.
La solución fue sencilla: dejar que el líquido fluyera poco a poco. Eso si, el reguero duro kilómetro y medio. Y lo jodido, por no decir complicado, es que cada ratito había que parar. Y claro, no se puede hacer charco porque canta mucho, se da cuenta el de atrás y para joderte te pone la túnica llena de cera. Porque todos somos buenos hasta que nos joden. Hay que entender que el de atrás había hecho promesa, iba descalzo y, por lo tanto, no le debía resultar muy agradable ir pisando "líquido" durante kilómetros.
Lo más importante: después de montar una pequeña confusión -para eso los políticos somos magistrales- antes de entrar en la Iglesia y que hubiera un movimiento de hermanos, me cambie de sitio. Maniobra de distracción ayudado por el anonimato que da el capirote.
Por lo tanto, y como es conveniente ante estas cuestiones, le pedí al Hermano Mayor que abra una investigación ante el comportamiento nada tolerable ni cristiano de uno de los hermanos que corría desaforado no se sabe porqué. Los políticos estamos para corregir errores y evidentemente me puse a su disposición para ayudar y solucionar problemas y esclarecer el suceso. Quiero que encuentren al que se meó en la procesión y le den su merecido. Lo pido porque nunca vi una comisión de investigación que empurase a un culpable.

miércoles, 4 de mayo de 2011

DIARIO DE UN CONCEJAL: Gadafi y las tres varitas

En las marismas de Doñana y en posguerra me cuentan que un cabo de la Guardia Civil recibió la orden de hacer salir del territorio a cuantos gitanos (perdón, miembros de la etnia gitana) no fuesen de la zona.

El método elegido por el agente, a fuer de original, se mostró efectivo. Cuando encontraba a los de la etnia acampados en lugar indebido llamaba a los dos varones más significados del campamento y en su presencia cortaba tres varitas de la flora marismeña que sirviesen de fusta vegetal. Le entregaba una a cada miembro de la etnia gitana y la tercera se la quedaba el cabo.

Incitaba a los calés a que se diesen uno a otro de varazos bajo la sugerencia de que si se negaban sería la autoridad la que procedería a probar la flexibilidad de la ramita. El caso es que, a poca insistencia del benemérito cabo, los dos miembros de la etnia gitana se breaban de lo lindo. Terminada la tunda el guardia sacaba de su cartera de camino una máquina de esquilar y a cada uno de los miembros de la etnia gitana les rapaba una gran cruz en la cabeza. Indeleble e incruenta marca que tardaría en desaparecer meses, los mismos que la tribu trashumante debía ausentarse, por su bien, de la marisma onubense.

Con Gadafi está pasando lo mismo. Al grito de “culo veo, culo quiero” una oposición de desconocida procedencia copia los tumultos norteafricanos y arábigos y se enzarzan contra el coronel libio. El amigo de occidente reacciona como es propio en alguien de su catadura. Ya tenemos liados a varazos a los de la etnia libia. Y al benemérito cabo occidental presenciando la trifulca. Ahora toca intervenir. Occidente saca de la cartera de camino a sus tropas y hace una cruz en el pelo a Gadafi y otra en la cocorota de los rebeldes que hasta ahora nadie conocía. Así nos aseguramos de que el ejército libio y el país en general quedan hechos unos zorros. Después les vendemos más armas a cambio de comprarles petróleo barato para poder reconstruir el desastre y todo en nombre de la salvación del pueblo y la libertad. En tres décadas –hasta que les vuelva a crecer el pelo- no queremos ver más problemas en el norte de África, por lo menos en Libia.

Esta es la teoría que tendré el placer de exponer más detalladamente en la Casa de la Cultura de mi localidad ahora que he conseguido un buen puesto en las listas electorales tras lidiar con practicantes de todas las modalidades del sexo. Eso y hacerme un hueco entre acuarelistas, mamás que hacen punto de cruz y niños tontitos haciendo ballet, que es para lo que valen las Casas de la Cultura.

Y es que he decidido ser el concejal que más sabe de asuntos internacionales, entre otras cosas porque en un grupo donde nadie sabe de nada es fácil hacerse especialista en algo.

Se me queda pequeño el municipio y lo del hermanamiento de pueblos y ciudades sólo servía para que viajasen a paraderos ignotos el alcalde y su señora. Nuestro municipio merece un puesto en el concierto de las naciones y quien mejor que yo para ser su hombre en las instituciones mundiales conociendo países, alojándome en buenos hoteles y cobrando insuficientes dietas por mis desvelos. Lo malo es que en la medida que me acerco al mundo me alejo de los vecinos, pero, entre nosotros y sin que a nadie se le ocurra contarlo, también me evito muchos coñazos.

Por último hacer referencia a lo de Japón. Yo creía que como cada semana el telediario nos deleitaba con un nuevo robot japonés que cuando no fregaba, limpiaba, si no servía la mesa, hacía la cama, cambiaba bombillas, regaba las plantas, subía y bajaba escaleras o bailaba tangos, tendrían algún robot para apagar centrales nucleares. Y veo que no, que hay que llevar jubilados suicidas. Todavía tengo mucho que aprender de cosas internacionales. Pero voy por buen camino. No hago caso ni a Arístegui ni a Trini. Éxito asegurado.

lunes, 21 de marzo de 2011

DIARIO DE UN CONCEJAL: Elecciones en Sodoma

La que se ha liado con el rollo de las listas. Con buen criterio progresista hay partidos que han decidido incluir como candidatos para las municipales a representantes de sectores sociales y movimientos ciudadanos que reivindican derechos y tratamientos igualitarios.
Todo empezó por la representación del colectivo homosexual. Bien. Después en la lista entró una persona en nombre del colectivo de transexuales. Bien. Mas tarde fue quien defendía a los que como opción sexual practican la postura de “el misionero”. Luego llegó a ocupar su puesto el defensor de la virginidad, que por cierto en mi municipio tiene la cara llena de granos aunque esto es anecdótico.
A la relación de candidatos se sumó quien dice representar a los bisexuales, y un puesto más abajo –creo que en esto se produce una injusticia de orden- el que se entretiene sexualmente con la masturbación –buscaban una candidata femenina pero esto rompía el equilibro de sexos que nadie ha explicado bien como computa cada cual en la lista de marras- Y el colmo fue cuando los masoquistas pidieron tres puestos por razones obvias mientras el del colectivo de sádicos se dio por defendido por el actual alcalde evitando así el problema legal de hacer los carteles de la candidatura con un enmascarado.
La pretensión de que en aplicación de la ley de partidos políticos los componentes de las listas rechazasen la violencia fue aducida por la representante de las sumisas pero solo para cargarse de la lista a su cuñada que trabaja de tapadillo por horas en una mazmorra del puticlub haciendo de dominatrix.

Con el argumento de que practica la necrofilia trató de colarse en la lista uno que tiene contrato temporal de sepulturero municipal y quiere ser funcionario de plantilla. En su caso es necrófilo y corrupto, no solo por contagio sino porque se ofrece a sufragar gastos electorales con lo que saca de la venta de cosas que no le hacen falta a los muertos tales como anillos, relojes y demás abalorios.

Como verán la lista da poco espacio para los que tenemos sobrada experiencia en política. Si a lo que les he contado sumamos opciones como la zoofilia que también tiene sus adeptos, los voyeur que somos todos, los defensores de las verduras como partenaires y otras opciones sexuales tan dignas como las ya referidas llegarán ustedes a la conclusión de que en las listas de mi municipio no va un solo abogado, ni un economista, ni un sociólogo ni un profesional de la política, excepto que lo hagan camuflados tras su forma de dar, recibir, practicar sexo, portar la cornamenta o hacerla crecer en el seno de la pareja. Bueno en la lista va un cura, pero no se si como tal o representando a alguna opción sexual de las que llevan al infierno pasando primero por internet.

martes, 15 de febrero de 2011

DIARIO DE UN CONCEJAL: Manifestación de ricos

Me parece intolerable que mi partido no me haya dejado ir. Un acto así, una concentración de estas características es algo único en la vida. ¡Quién me lo iba a decir! Una manifestación de ricos, una manifestación nacional de ricos delante de mis narices y yo no he podido participar.

Está de moda que se manifiesten los pobres pidiendo democracia. Pero los ricos también tienen su corazoncito y añoran las dictaduras y el poder para sus parientes y amigos. En mi municipio ya están ensayando para tomar la calle y pedir cambio de régimen y en Madrid lo suelen hacer de vez en cuando contra las treguas trampa, contra las células madre, contra el aborto, para hacer obligatoria la religión y a favor del Valle de los Caídos entre otras fruslerías con olor a naftalina.

Pero una manifestación de ricos es algo digno de ser vivido. ¡Qué poderío, qué manera de ser y de estar! Todo perfectamente organizado. Parking para los Rolls, Jaguar, Ferrari, Bentley, Masserati...La chusma pobre mirando desde las aceras y esperando que alguien les gritara el clásico slogan de "no nos mires, únete", pero nada. Aquello ha sido una demostración de elegancia.

Hasta el ambiente olía bien y a esencia cara. A una señora se la tuvieron que llevar las asistencias porque se había desmayado ante los efluvios de Chanel, Armani y muchos más perfumes que en momentos hacían la atmósfera irrespirable. Eso sí, ambulancias privadas había para todos los gustos, todas medicalizadas y con diseños de lo más moderno en el exterior.

De los trajes y vestidos para qué vamos a hablar. Era como ver los escaparates de la calle Serrano de Madrid o de cualquier paseo con tiendas elegantes, pero en vez de contemplar los trajes en un maniquí, iban puestos en personas reales. Y les quedaban bien. Ya se sabe, no hay nada como ser rico para tener buena percha. Las mujeres saben de eso porque cuando ven un coche descapotable siempre intuyen que dentro va un tío que está muy bien, él o al menos su cartera.

Los ricos iban en grupitos, despacio, despreocupados. Dos lacayos vestidos de librea abrían la manifestación portando una pancarta hecha en seda con la inscripción: "Los ricos perdemos más dinero que los pobres con la crisis". Cada cierto tiempo unos mayordomos ofrecían copas de champán, de Oporto o de oloroso, junto con galletitas saladas y pinchos de caviar iraní. Música clásica y canción francesa flotaban en el ambiente. Todo muy relajado.

Eso era poderío y no las manifestaciones que tenemos que ver aquí, llenas de gente sudorosa y vocinglera que va a divertirse y no a protestar con bocadillos y latas de cerveza. Todos llenos de banderitas. Como me oigan decir esto los de mi partido, porque todos los partidos las hacemos así, me cesan. Y no está el tiempo para andar tirando puestos por la borda.

Bueno, a lo que vamos, a la manifestación de los ricos. De las señoras no quiero hablar porque siempre se puede interpretar mal y acaban llamándote machista por decirle guapa a una mujer. Pero quitando a unas cuantas cacatúas, las demás estaban de infarto. ¡Cuánto dinero han debido de ganar las clínicas de recauchutado de carnes a cuenta de ellas! Lo que no casaba -vaya palabra- era la edad de muchas de las acompañantes con los veteranos que estaban allí. Por lo menos les llevaban veinticinco años. Es lo que tiene ser rico, que las sobrinas te acompañan a cualquier sitio mientras todos saben que eres hijo único y soltero.

Iban caminando plácidamente y la gente de las aceras cada vez más embravecida: ¡guapo, llévame a mí! ¡Llámame! les empezaron a tirar bragas y números de teléfono ya que como en toda manifestación bien organizada no se podía acceder a ella. Mientras que en las demás son militantes o simpatizantes los que van formando un cordón, aquí había un servicio de seguridad de tipos vestidos con traje negro y pinganillo en las orejas que daban miedo nada más mirarlos. Por tanto, nadie se atrevía a ir a la calzada.

Ni un grito ni una consigna. De vez en cuando algún ayudante se dignaba a repartir algún pergamino a los que estaban en las aceras con las reclamaciones escritas: “menos impuestos, menos trámites para fundar empresas en paraísos fiscales y queremos bajarles el sueldo a nuestros obreros. Despido gratis”.

Al final, cuando llegaron a la plaza que habían reservado y que estaba magníficamente decorada -todo hay que decirlo- en el escenario había una gran pantalla. Ninguno de los que estaba allí se dignó a subir al estrado y leer un manifiesto. Un empleado puso un dvd con imágenes de las casas de los manifestantes en islas paradisíacas, con playas magníficas mientras una voz planteó sus reivindicaciones.

Lo peor de todo es que el ambiente en las aceras se estaba caldeando, pero no contra ellos, sino porque todos querían ser como ellos. La cosa acabó como suelen acabar estas cosas: vino la policía y dispersó a palos a los curiosos. Es lo normal, que pague y le peguen al más débil.

martes, 8 de febrero de 2011

DIARIO DE UN CONCEJAL: Camareros ineptos

¡Esto es inconcebible y caro! Nos hemos dedicado durante este mandato a preparar a jóvenes camareros y el resultado, según he podido comprobar en una ronda de inspección con unos amigos que me ha hecho llegar a casa en condiciones un poco peculiares, es lamentable.
Muchas clases de inglés y francés para que entiendan a los turistas cuando piden una cerveza (porque parece que los extranjeros no saben pedir por señas lo que quieren beber, al igual que hacemos les españoles cuando salimos fuera y nos manejamos tan estupendamente), y se están olvidando de lo fundamental, que es cuidar al paisano.
Como digo: un horror y un montón de dinero público tirado a la basura porque estos son unos ineptos. Vas a un bar y te pueden saludar en varios idiomas (éstos se olvidan que desde que besé a primera novia me gustan todas las lenguas), pero, y aquí viene lo fundamental, les pides un simple, un normal, un tradicional aperitivo como es Campari, y parece que estás hablando con un camarero de la fisión nuclear en 1940 (y puede que de eso sepan porque todos son licenciados en paro y reconvertidos al sector servicios).
Un Campari, un simple Campari, y tienes que oír la peor frase: ¿y eso qué es? Como no quiero entrar en discusiones con posibles votantes pedimos una ronda de Cynar. Y ocurrió otro cuarto de lo mismo. Y entonces tengo que calmar a los que vienen conmigo que, aunque son del partido, no se juegan la reelección como yo. Lo peor fue cuando uno de los parroquianos pidió Pernod. ¡Anatema! ¡Anatema! . Me imagino la trifulca que podía haberse liado si pedimos Licor de Café, Tia María, Resolí, Lágrimas del Jabalón, Quina Santa Catalina, Anís Paloma o Cantueso. Al final tuvimos que beber cerveza, que de eso sí que tenían, aunque no saben tirarla.
Y no se vayan a creer que era un bar con camareros ecuatorianos o guatemaltecos o recién escapados de La Araucana, que son los que se están quedando con los bares porque son los únicos que aguantan largas jornadas y poco sueldo. No. Era un bar regentado por nativos, es decir, por españoles. Si, españoles de esos que si pides una copa de coñac –que realmente es de brandy pero bueno… no vamos a liar más la cosa- te preguntan altivos con su soberbia ignorante ¿con hielo?. Qué sabrán estos analfabetos enciclopédicos lo que es coñac.
Menos mal que decidimos irnos luego a un bar gallego que estaba a cincuenta metros. ¡Sorpresa! Estaba regentado por chinos. Pedimos una ración de pulpo a la gallega. Y tenían. Y nos lo tuvimos que comer y estaba bueno. Y aquí empezó la guasa: que me ponga una ración de zamburiñas. Y tenían y nos las tuvimos que comer. Y que me ponga una ración de navajas. Y tenían y nos las tuvimos que comer. Y les pedimos una ración de rabas. Y tenían y nos las tuvimos que comer (y además estaban muy buenas). Y ahora mejillones en salsa de tomate. Y también tenían (y buenos). Y claro, para acompañar la ingesta tuvimos que beber buenos caldos (que también tenían). Y acabamos jugándonos la cena a los chinos. Y sabían. Y nos ganaron, que para eso son chinos y cuando les miras a los ojos no sabes si te están engañando.
La chulería nos costó lo que no está en los escritos. Y cuando salimos tuvimos que hacer lo más razonable: vomitar- Tanta comida de mar no debe ser buena para el cuerpo, porque al vino no hay que echarle culpa, que estaba bien bueno. Menos mal que a esas horas los votantes están en casa dormidos.
Y lo que más me jodió es que sabiendo sólo chino nos entendieron perfectamente. Vamos productividad y ganas de trabajar. Igual que los camareritos españoles.

lunes, 17 de enero de 2011

DIARIO DE UN CONCEJAL: Retortijón en la cabalgata

Han pasado no sé cuantas horas y todavía me duele. Vamos, me duele tanto que tengo que llevar una faja.
Fui uno de los tres elegidos para Rey Mago de la cabalgata y eso es como pasar a la posteridad, un hito en la biografía de un concejal. Al principio hace ilusión y es bonito, pero luego la cosa se complica. Visitas a los ancianos de la localidad, que estarán rijosos pero saben que los reyes son los padres y se toman a chufla la cosa con coñas como “yo soy republicano y no me gustan los reyes aunque sean magos”, “a ti te conozco y sigues tan gandul como de pequeño”...
Y los niños, qué voy a decir de los niños. Pues que no hay quien aguante dos horas sentado preguntando estupideces a las criaturas mientras sus padres te dejan medio ciego con los flashes de las fotos. Y todo eso después de dos horas de maquillaje, peluca, barba y el calor que pasas, porque en los asilos y en los hospitales cuecen a los clientes para matarles los miasmas.
Pero lo bueno es la Cabalgata. Mi sorpresa fue cuando me dieron un pañal gigante con la excusa de que no me podía bajar en todo el recorrido y que me lo pusiera por mi bien. Claro un rey y además mago no se va a bajar de la carroza para entrar a mear en un bar. Y es que aquí, como en cualquier sitio de España, tienes que mear en los bares. Yo regio en mi trono y aquella chusma de votantes cogiendo caramelos con cara de miserables, sobre todo los jubilados que se llevan una mierda a casa con tal de que sea gratis.
Pero cuando uno lleva un par de horas en la carroza nota el cansancio de brazos del ejercicio de lanzar las golosinas. Luego entra sed. Uno es inteligente y precavido y me había "mercao" una botella de dos litros de cubata y libaba el néctar de ron con una goma que llevo en el coche por si tengo que tomar prestada gasolina alguna vez. Por debajo de la barba no se notaba. Con el hambre el problema fue mayor. Me lleve un poco de salmón ahumado envasado al vacío, que me gusta mucho y que según mi mujer como está ahumado mata el mono del tabaco. Se lo debe haber oído al Chumari o como se llame el tío ese que bebe orines en la tele.
El primer trozo de salmón se me pegó a los pelos de la barba, con lo cual no había quien se lo metiera a la boca ni quien lo despegara. Tuve que tirar fuerte y el trozo de salmón salió en dirección a la gente. ¡Queremos más salmón pero en paquete! ¡Qué griterío! Y venga arremolinarse la multitud junto a la carroza pidiendo más. Así que tuve que ir lanzándoles trocitos de salmón para que se contentaran. Para qué lo haría.
Lo peor estaba por llegar. EL RETORTIJÓN. Tan agudo y penetrante que me dejó lívido. El primero lo pasé mal que bien, pero con el segundo me tuve que levantar del trono, trono inútil por otra parte, y apretar los glúteos para contenerme. Pensaba el gentío que me ponía en pie para saludar y yo cada cinco minutos me erguía temblando y todos aplaudían y pedían más salmón. Así durante una hora con las cámaras de televisión grabándolo todo. Espeluznante. Cuando terminó la cabalgata no me dio tiempo a llegar a un retrete, y detrás de la cueva del nacimiento, junto a la pared de la iglesia, escondido en la retama del belén, solté un taponazo de órdago. Quedó bien porque la gente creyó que la mula y el buey eran unas figuras tan realistas que hasta olían a cuadra. Ahora, después de probar el pañal, admiro a Concha Velasco.

domingo, 9 de enero de 2011

DIARIO DE UN CONCEJAL: Comer de gañote

Si algo bueno tiene la Navidad son sus comidas y sus cenas. Por la cara, naturalmente. Me han encargado redactar unas líneas para el brindis de la cena oficial de los concejales a la que nos invitan las arcas municipales y he adaptado unas palabras de la misa. Me ha quedado algo así: «Por la prosperidad de nuestro alcalde, la de nuestros diputados, el bienestar de los secretarios generales de nuestros partidos políticos, de los obispos y de sus majestades, sin olvidar a los contribuyentes, por los cuales estamos aquí reunidos».

Mi mujer está encantada desde que soy concejal y, como es muy apañada, se ha buscado la vida para devolver los vestidos después de estrenarlos en las mil celebraciones que mi cargo conlleva.
Lo que me ha hecho pupa en el bolsillo es el escote de la comida del grupo municipal, además de que, particularmente, creo que hemos cabreado innecesariamente al constructor de nuestro partido que quiso invitarnos. Luego, cuando por despecho suba el precio de las obras que realiza para el municipio, la culpa será, como siempre, de los concejales y tendremos que aguantar en los periódicos el rollo del despilfarro.
Bien poco se quejan los periódicos en sus editoriales y opiniones cuando les llenamos las páginas de publicidad del Hay-untamiento. Entonces es que informamos a través de los medios. Si ponemos carteles en las calles, como de eso no pillan los de la prensa, a lloriquear al concejal y a insultar los columnistas.
Pero el trabajo de representante popular tiene otras servidumbres y sacrificios. Como me han hecho responsable de elegir los restaurantes de todas estas celebraciones navideñas y los propietarios de los establecimientos son tan agradecidos, en casa ya no caben más jamones ni más cajas de vino. En principio pensé regalar lo sobrante a alguna institución benéfica, pero no quiero que la oposición me llame demagogo ni que los destinatarios se acostumbren a un nivel de vida que no les podremos mantener el resto del año con lo exiguas que se quedan las arcas municipales después de la Navidad.

Así que en casa nos tendremos que fastidiar y comer jamón hasta Semana Santa y beber vino de reserva hasta para desayunar. Pero es lo que tiene el cargo, que uno no puede desairar a los ciudadanos que no saben agradecernos nuestros desvelos con una simple felicitación o un apretón de manos y se empeñan en enviarnos obsequios que nos hacen ser conscientes de lo pequeños que son los pisos de los concejales que solo llevamos en el Ayuntamiento lo que va de legislatura. Así que habrá que esforzarse para cambiar a un piso enorme, como los que tienen los que han salido reelegidos.