miércoles, 25 de marzo de 2009

¿Debe consultar Del Bosque lo que tiene que hacer España?

España, dirigida por Del Bosque, se enfrenta a Turquía en la fase de clasificación para el Mundial Subsahariano de Fútbol, a celebrarse en Sudáfrica, de ahí que sea subsahariano. Es pertinente la aclaración dado que hay gente que cree que subsahariano quiere decir negro.

Pero, ¿puede Del Bosque derrotar (o no) a Turquía, así por libre y sin consultar a la OTAN y a Obama y sin que se enteren previamente Moratinos, Arístegui, Soraya, Aguirre, Chacón, Rouco y las Hermandades de Semana Santa?.

No por varias razones. En primer lugar las de orden geopolítico. Al ser España impulsora de la Alianza de Civilizaciones y gobernando en Turquía Recep Erdogan, socio en dicho pacto de Zapatero, una derrota de los turcos supondría una involución histórica que nos llevaría a tiempos del episodio de Lepanto. Cosa distinta es que un posible triunfo ante el otomano –que es otra forma de decir turco- se haga consultando a todos los que se indignan porque no se enteran de lo que va a pasar.
Porque es seguro que el PP desea que España aplaste a Turquía, pero sólo si Del Bosque les informa previamente de sus intenciones. De lo contrario la comunidad internacional nos considerará gente de no fiar, todos nos perderán el respeto internacional y a Franco lo querían mucho más en el extranjero... ¿Y eso porqué? Pues porque Bernabeu consultaba con Franco.

En segundo lugar hay motivos de orden moral para que Del Bosque dé cuenta previa de sus estrategias.
La Iglesia no para de repetir que defiende la vida, la de los nacidos, la de los por nacer, la vida de los muertos (llamada la otra vida) y sobre todo la buena vida. Pero si ya en las cruzadas medievales iban a matar turcos infieles, ahora con lo poco que han evolucionado no podemos asegurar que no pasase lo mismo, Dios lo impida si es que tiene algo de influencia en la Iglesia. Así que Del Bosque debería confesar sus intenciones y en el caso de que finalmente España fornicase a Turquía lo hiciese a pelo y tan solo con la idea de perpetuar la especie futbolística y sin ánimo de ludibrio ni refocile.

Y en tercer lugar existen fundamentos de orden mediático para que Del Bosque evacue consultas con esa pandilla de impostores autotitulados analistas políticos que “tienen el celebro comío por el micobrio de la inorancia” mientras se alimentan en innumerables pesebres en los que expelen su burricie enciclopédica a gritos restregando su pluriempleo por tierra, mar y aire y por prensa, radio y televisión. Ellos que tanto se preocupan por los parados mantienen veinte canonjías de mañana, tarde y noche defendiendo sus bolsillos y atufando a palanganeo político.
Del Bosque, por tu bien, consulta con los tertulianos, de lo contrario ellos te despedazarán, tanto si España gana como si España pierde, porque de lo que se trata es de cobrar por la descalificación, la ignorancia y el insulto y forrar su riñón por “indignarse” en nombre de los parados, la democracia y la Constitución.

lunes, 9 de marzo de 2009

DIARIO DE UN CONCEJAL: Los ciclistas al velódromo

No hay cosa mas grosera desde el punto de vista de la estética que ver a un cebón pedaleando con un maillot rosa por una carretera secundaria. Bueno más que pedaleando, jodiendo a los demás y arriesgando su vida. Esto último sería lo de menos porque salen a la carretera por propia voluntad con el riesgo asumido de ver desparramadas sus grasas en el asfalto y machacadas sus lorzas contra el quitamiedos.

Lo malo es que le buscan la ruina a los conductores que pagan impuesto de lujo por su vehículo, impuesto de circulación para poder circular, impuesto de carburante para llenar la caja de hacienda y seguro para encontrase con otros que no lo tienen.

Claro que tienen una disculpa fenomenal. Dicen que hacen deporte. Bueno hacen deporte el domingo y no van a trabajar el lunes a costa de la seguridad social y víctimas del lumbago. Si los cazadores argumentasen su deporte para soltar leones por la calle mayor y acribillarlos a tiros a la gente no le gustaría por el peligro de recibir un balazo en el culo. Pues a pedalear al monte o al velódromo, como los cazadores practican en los cotos, los de la fórmula 1 en un circuito y los nadadores en una piscina. Las carreteras son para circular y no para estorbar.

Eso si, a la moda si que van. Deben de existir maillots amarillos del Tour y de la Vuelta y rosas del Giro de tallas grandes donde refugiar las barrigas cerveceras. Pero los culotes no tapan sus blancas canillas. El resultado es que a la vuelta de una curva te encuentras a diez por hora a una trouppe de sebosos patrocinados por un bar de pueblo y echando el bofe.

Peor es cuando se organizan para joder a los automovilistas y nos piden a los concejales que entreguemos un trofeo y subvencionemos a la peña ciclista. Entonces ya es el dislate. Hay que poner vallas en las calles, cortar los cruces, impedir la circulación, pagar horas extras a la policía municipal, molestar con altavoces y música ratonera a los que viven cerca de la meta y cabrear a los votantes que quieren circular con sus coches.

Y el colmo de los colmos es que la vuelta ciclista pase por el caso urbano. La gente no sabe que hay que pagarles a los organizadores, lo que es como montar una fiesta en casa, poner la comida y la bebida y dar una pasta a los invitados por asistir. Yo sospecho que algo oscuro hay detrás de todo esto, que alguien se lo está llevando crudo. Una vez pregunté en el pleno del Ayuntamiento y la mirada del alcalde me sumió en el silencio. Además dijo que para el bien del turismo y del buen nombre y conocimiento de nuestra ciudad saldrían unas preciosas tomas de la misma desde el helicóptero de la tele. Pero el día de la carrera estaba nublado y por la tele solo se vio a unos jubilados peleándose por unas gorras de una marca de abonos nitrogenados.

Para mayor descrédito todos los periódicos deportivos se hicieron eco de que al ganador de la etapa le robaron la bicicleta mientras le daban un ramo de flores y dos besos las sobrinas del alcalde. El nombre de la ciudad en entredicho y dos semanas después casi me llevo por delante en una curva al concejal de festejos que iba montado en una bici profesional igualita, igualita, a la que desapareció el día de la vuelta ciclista. Casualidades de la vida.