lunes, 20 de junio de 2011

DIARIO DE UN CONCEJAL: Ahorrar en chóferes

Ya está, otros cuatro años más. El pleno de investidura fue magnífico, impecable, sobre todo porque estábamos en los bancos del Gobierno. Me dediqué a mirar a los cacho carne de la oposición (eso sí, con todo el respeto). Lo peor va a ser meter en cintura a los nuevos concejales de mi partido, que vienen con muchas ganas pero no saben de qué. Menos mal que los han dejado a mi cargo, lo mismo que al alcalde, al que tengo que llevar por el buen camino (que es el mío).
Lo importante es que tenemos otros cuatro años y que una de las cuestiones más importantes en la localidad es la modificación del Plan General de Ordenación Urbana, del PGOU. Y hay que tener mucho cuidado. Uno se sonroja cuando lee lo que pasa por ahí. ¡Qué mal lo hacen, da vergüenza! Hala, venga a ponerse a hablar por teléfono como si estuvieran comprando coliflor en la tienda de la esquina. Son unos principiantes, por mucho tiempo que lleven.
Cuatro años, que pueden ser definitivos, por lo tanto me voy a poner a hacer favores a los de siempre como un cosaco. No se puede perder el tiempo. Ya no queda a nadie por enchufar. Eso sí, para dar ejemplo y tener notoriedad voy a despedir a un par de personas que metí en la legislatura anterior que eran más vagos que la chaqueta de un guardia, que ya es decir. Voy a quedar de primera (independientemente de que uno de ellos se ha separado de mi cuñada). Esa es la regeneración. Hay que ir por delante. Antes de que digan nada, hacer. Los años dan experiencia.
Así que con las nuevas funciones que me ha encomendado el alcalde, además de las que tenía antes, esta va a ser una legislatura espectacular. Tengo pensado ya cuando y con quién se inaugurará el nuevo teatro y el nuevo puente (menos mal que no se lo encargamos a Calatrava, que se le han caído ya un par de ellos y tiene algunos problemas judiciales). Lo más cerca que hay que ver una capa o un sayo o prenda similar de color negro, debe ser en la iglesia, nada de tenerla enfrente y sentada en un estrado y con sus puñetas en la manga. Además, los curas, por lo menos, siempre te perdonan aunque tengas que rezar un montón de cosas.
Lo más jodido es lo que se acaban de sacar de la manga, como es el tema de los coches oficiales. ¡Vaya falacia! De acuerdo, no hay más coches oficiales. ¡Y qué hacemos con ellos!, ¿los dejamos en el garaje y que se pudran?, ¿los vendemos a la chatarra? El único ahorro es el de la gasolina, porque el coche está, se ha pagado y si se mete en un parking pierde valor y no sirve para nada.
Y con los chóferes, ¿qué hacemos con los chóferes, que no saben hacer otra cosa? Los ponemos de ordenanzas, imposible porque los sindicatos se van a echar encima, ¿De administrativos? Sólo saben escribir en el ordenador cuando están en casa y en algún lugar de la oficina para mandar emails. Y los sindicatos se echarían encima. Así que con esta moda que estoy leyendo en los periódicos vamos a dejar a un pelotón de gente en todos los Ayuntamientos de España que irán a trabajar y no van a hacer nada porque están contratados para eso y no saben hacer nada más. Si a eso se le llama ahorro que salga el demonio y lo defienda.
Al final, el ahorro es el de la gasolina. Pues con conseguir que cuando llenan el depósito del vehículo ofical no pidan recibo por el doble de litros para pasar por la tarde a llenar gratis el particular ya estaria el ahorro de combustible hecho. Este falso ahorro que proponen me enfada porque estoy dispuesto a pagar la gasolina de mi bolsillo, que eso lo enjugo yo con un par de facturas de comidas que me hace mi primo el del asador. ¿Alguien se imagina a un batallón de chóferes desocupados desde las ocho de la mañana dando palique a todos los trabajadores del Ayuntamiento?. Es lo que faltaba para que unos y otros sigan sin trabajar. Y hablamos de productividad. Estoy un poco serio porque es el comienzo de la legislatura, pero hay que pensar que dentro de poco vienen las fiestas patronales y eso es otra cosa. Ahí sí que hay tema.

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