viernes, 2 de enero de 2009

DIARIO DE UN CONCEJAL: Mis presupuestos, por supuesto

Estoy de acuerdo con todos: no se puede tolerar que hayamos comenzado el año y todavía no tengamos los presupuestos aprobados, importante asunto para la subida de salarios, entre ellos el mío.

Pero, sabiendo que esto ocurre en muchas localidades de España, por no decir que en casi todas, el asunto tampoco es para tanto. Y estoy pensando que la oposición tiene mucha culpa. Con lo fácil que sería ir al pleno y decirle al que gobierna que lo hace muy bien, aprobar las cuentas con los votos de la mayoría y aceptar que el que gana las elecciones hace lo que le sale de las/os ... elecciones. Es decir: estas son las cifras, las vamos a usar para lo que queramos y nos vamos a endeudar en muy poco (que es bastante, por cierto). Pues no, a la oposición no se le ocurre otra cosa que sacarle punta a todo y los demás, encima, como asnos, a negociar. Así no avanzamos, no hacemos ciudad.

Estoy pensando que la oposición tiene muchos compromisos. Que si un polideportivo aquí, que si un parque allá, que si unos pisos (bueno, muchos pisos, caros) más lejos, que si un camino por allí (por cierto, por donde vive uno de sus concejales en un chalet que ya me gustaría a mí saber de dónde lo ha sacado). Total, que no hacen más que poner pegas sabiendo que no van a sacar tajada, de momento. ¡Y lo que revoluciona el dueño del periódico –que por cierto es constructor- con estas gaitas!. He llegado a pensar que es lo único que les interesa, para que vean sus amigos que se preocupan por ellos y les puedan seguir votando en las siguientes elecciones.

Y todo esto sin hablar de las reuniones de nuestro grupo para preparar los presupuestos, que parece que todos han nacido en el extrarradio, cosa que puede que hasta sea verdad. ¡Hala!, todos a pedir. Y mira que les digo yo que esto no es como en Inglaterra, donde cada diputado tiene una circunscripción o un barrio y se lo tiene que currar de lo lindo. Aquí no. En cuanto salen concejales por una barriada se compran una casa cara en otro sitio.
Yo estoy con el alcalde, como siempre, que para eso es el que manda. Para qué queremos polideportivos si nosotros no vamos a hacer deporte. Para qué queremos guarderías si nuestros hijos ya tienen veinte años, para qué queremos parkings, si vamos siempre en coche oficial. Lo que tenemos que construir son buenas cárceles, buenos hospitales y buenos cementerios, porque iremos a parar a alguno de esos lugares. Y lo demás son milongas. Además si los ciudadanos copian nuestras costumbres también irán a estos sitios.

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