martes, 27 de julio de 2010

DIARIO DE UN CONCEJAL: China ganará el Mundial


“España La Roja y para esto ganamos la guerra” se lamenta un concejal de la corporación. Es de esos como Lola Cospedal que ha pasado a llamarse María Dolores DE Cospedal. El concejal indignado se ha hecho una tarjeta de visita con todos sus apellidos y el interventor del Ayuntamiento le ha llamado la atención por el gasto en imprenta. Es tan fantasma que pidió que le hiciesen el DNI en forma de tríptico para poner toda su alcurnia genealógica.
Lo malo es que los que lo conocen saben que en su casa se comen los mocos. Yo ya le dije una vez “si os comieseis los apellidos estaríais hasta gordos”.
El edil es de los que llevan una pulserita de la bandera de España, un polo con la banderita en el cuello, un llavero con gallina y Franco y que se indigna si los militares no salen en las procesiones y no reconoce como concierto aquel donde no suena Banderita.
Está el hombre que fuma en pipa. El siempre defendió que la bandera debía ser cosida y bordada por las monjitas y bendecida por los Legionarios de Cristo Rey y entregada a la milicia por las recias mujeres de la Sección Femenina o en su defecto en la innecesaria democracia por las féminas de la Casa Real.
Y ahora resulta que la bandera, el símbolo de la Patria, es patrimonio de los chinos. Son los chinos los que van a ganar el Mundial, por lo menos los que van a hacer caja con esta proliferación de patriotas sin heráldica que se pintan como indios zarrapastrosos la cara y hasta las tetas y el culo con los colores patrios, enarbolan la bandera atada a los mástiles de las antenas de televisión y la hacen ondear en los tendederos de los barrios periféricos junto a bragas y monos de trabajo.
Está el concejal heráldico hecho una fiera porque su exclusiva insignia, su enseña distintiva de condición ideología y clase, ha caído en manos de la chusma obrera, la gentuza de los sindicatos y de los tajos, de los plebeyos y rojos y de toda esa apestosa gente de la que él sólo se acuerda cuando vienen las elecciones.
Los que somos demócratas de toda la vida y que nos entregamos sin reservas a favor del bienestar ciudadano vemos bien la proletarización del uso de la bandera. Si España no gana el Mundial da lo mismo. Habremos inoculado por la vía del dinero el amor a nuestros colores a los chinos, que en el fondo son los que nos deben importar porque para ellos trabajaremos mas pronto que tarde.
Así que los chinos ganarán el Mundial en los mercados, que es a los que nos debemos. Lo demás es pasajero. En cuanto la Selección Española haga la maleta todo el mundo negará haberse pintado la bandera y haberla colgado en el balcón. Pero los chinos, comunistas ellos, ya la habrán capitalizado. Para esto ganó mi colega la guerra.

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