martes, 27 de julio de 2010

DIARIO DE UN CONCEJAL: Que se colegien las putas


Las putas no se van a poder anunciar en la prensa. Pero resulta que hay putas antes de que hubiese periódicos. Como reclamo ponían una ramita de romero –podían haberla puesto de Aguinaga- en la puerta de su casa.
Las tres peores profesiones para los que las ejercen y para los demás son puta, policía y periodista. Son esos oficios de los que nunca se puede alardear excepto en situación extrema. Se amenaza con llamar a la mujer del cliente o contarlo en la tele, se saca la placa o se esgrime el carnet de prensa y algunos plumillas hasta la pluma.
Desde mi lugar de servicio a la sociedad, desde mi sillón de concejal, desde mi cargo (q.D.m.g.m.a.) -que Dios me guarde muchos años-, conozco a ejercientes de las citadas profesiones. Sobre los policías hoy no toca decir nada, a los periodistas el mismo respeto que ellos se tienen -que hasta a su madre le ocultan la profesión prefiriendo decir ser pianistas de burdel- y a las putas loor y gloria en tanto que mantengan la dignidad de ejercer por libre, vamos de ser autónomas. Lo que no debería pasar es que haya policías que exploten a las putas y que los hijos de estas se conviertan en periodistas.
Cuando una puta es autónoma de verdad, es el paradigma del autónomo. No cobra el IVA -pero sin transgredir la ley-, disfruta con su profesión y lo que gana es para ella, tiene horario libre, no aguanta un jefe gandul o inútil y además conoce gente y mundo.
Yo estoy de acuerdo en que las putas no se anuncien en los periódicos porque tampoco se anuncian los jueces -¿alguien ha visto un anuncio de diga: se ofrece juez para defender a amigo pillatrajes?- ni se anuncian los notarios -¿alguien ha leído un reclamo publicitario del tenor: Notario se hace el tonto en compraventa de pisos con dinero negro?.
De lo que soy partidario es de que las putas tengan también su Colegio de Profesionales del Sexo o si se prefiere constituir el Sindicato de Putas Autónomas.
Esto permitirá saber que ejercen libre y voluntariamente la profesión y además les obligaría a marcar tarifas y tener un libro de reclamaciones que el cliente podría rellenar en caso de que el servicio no sea el libremente convenido. Por ejemplo, si el francés no se practica con la presión exacta, pues reclamación al canto y que resuelva la Oficina de Consumo del Ayuntamiento que para dilucidar siempre hay un concejal de servicio como el que suscribe. Y también podrían defenderse del intrusismo profesional. Porque algo tendrán esas mujeres que decir de las que ejercen su profesión sin cobrar. Digo yo que eso será competencia desleal.Todo menos que los periodistas cobren parte de su sueldo de la pasta que los chulos le roban a las putas y se gastan en anuncios mientras los periódicos hacen editoriales clamando contra la prostitución. Y que nadie se preocupe que ellas encontrarán donde anunciarse. Total por falta de putas no va a quedar la cosa.

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