jueves, 29 de abril de 2010

DIARIO DE UN CONCEJAL: A la Feria y de gañote

Yo creo que cuando el alcalde me mandó como embajador del ayuntamiento a la Feria de Abril de Sevilla no sabía ni a qué ni a dónde me enviaba. La verdad es que yo tampoco lo sabía, pero por si acaso me he traído a mi mujer no fuera a ser que me perdiese.
Lo primero que no entiendo de esto es porqué no hacen las casetas fijas de una puta vez en lugar de tener que estar montándolas y desmontándolas todos los años. Pero rápidamente me di cuenta de que si fuese así no podían estar un mes liados con el cuento del montaje.
Luego tampoco comprendo porque no está la feria asfaltada. Con el albero ese lo que pasa es que si llueve aquello es un barrizal y si hace sol un desierto polvoriento.
Me dicen que últimamente llueve casi todos los años en feria y en semana santa. Y en Sevilla en cuanto llueve se ponen a llorar, con lo que todavía hay más humedad. Lo de llover en feria dicen aquí que es porque fue inventada por un vasco y un catalán, o sea two-bascos, porque los vascos nacen donde quieren. Joder que gracia más graciosa tienen estos andaluces pero hasta el trabajo de inventar esta juerga lo hicieron otros.
Para estos la caseta es como su casa. Lo último que me apetecería es ponerme a bailar 24 horas al día en un campamento de refugiados que a 40 grados a la sombra huele a mierda de caballo.
Porque esa es otra. No puedo comprender porque se pasan el día dando vueltas montados en equino para no ir a ningún sitio. Otros para joder más y ocupar más sitio se transportan en carromatos. Supongo que estarán entrenando el culo para pasarse unos días en la caravana que va al Oeste. Porque he mirado el mapa y El Rocío está en el Oeste de Sevilla.
Y yo porque soy concejal en viaje oficial, que si no me como tres churros en la Calle del Infierno y me vuelvo a mi pueblo probablemente sin la cartera. Mucha alegría y mucha gracia y mucho salero y mucha tontería. Pero como no seas alguien de mi posición no entras en ninguna caseta. Yo por suerte me he puesto ciego de gambas, jamón y manzanilla en nombre de los ciudadanos a los que represento.
He terminado harto de feria y eso que me ha salido gratis el hotel, la comida, entrar a las casetas, ir a los toros y beber un potingue que toman unos tíos con el pelo lleno de caracolitos hechos con gomina y al que llaman rebujito. “To mu grasioso”, como dicen ellos. A mi ahora me toca buscarme unas cuantas facturas de restaurantes y de taxi para poder justificar las cuentas y ayudar al habilitado a cuadrar los gastos de viaje para que me abone las dietas.

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